martes, 21 de noviembre de 2017

Confía en ti.

Hay momentos clave en la vida o en el día a día en los que añoras con fuerza volver a la infancia. Esa etapa en la que no vemos el mundo real y vivimos en un paraíso de diversión y mimos, mayoritariamente. Que bonito si nos hubiésemos quedado allí, disfrutando de nuestra ignorancia e inocencia y del cuidado continuo de papá y mamá. Hasta que deja de ser así.

Echas a volar, o te ves obligado a eso, a madurar antes de lo esperando. A coger las riendas sin tener idea de cómo funciona el mundo exterior. Entonces los problemas parece que se resuelven con un poco más de dificultad y que no eres tan inteligente y avispado como creías. 

Tu principal tarea es revisar el teléfono y el correo electrónico por si en ese segundo en el que has pestañeado, se te ha pasado una oferta de trabajo. Esperando ese mensaje de tu antiguo amigo para trabajar en su misma empresa. Esperando algo que posiblemente no llegue, y en cierto modo te sientas neutral, ya que ninguna de las ofertas a las que puedas acceder te haría feliz. 

Pero no todo es tan negro como lo pintan, siempre y digo siempre, hay un claro en el cielo. Toma aire, piensa y después actúa. No te precipites. Si se resiste, lucha por ello, eso quiere decir que merece la pena. Que nadie te diga que puedes o no puedes hacer. 

Ahora, con la cabeza bien alta, pisa más fuerte que nunca. Confía en ti.