lunes, 19 de diciembre de 2016

Es posible.

¿Sabes cuál es la sensación de mirarte al espejo y sonreír al saber que lo has conseguido?
Que has clavado la bandera en la cima, que has llegado a la meta a pesar del pedregoso camino.
Pues esa misma sensación tengo.
Aprendí a ser feliz amándome a mí misma, sin disfraces. Reconocí que era única, irrepetible, irreemplazable. Fui mi propia dueña, olvidé mis miedos y me lancé a la gran aventura que depara la vida.
Eliminé de mi vocabulario los “no puedo”. 
Mientras me quede aliento seguiré al pie del cañón.
Luché de todo corazón y al fin alcé el puño y dije: el mundo a mis pies.

Simplemente quería dejar de soñar, de imaginar... Y fue así como con tiempo, dedicación y apoyo, llegué a lo más alto.


¡Despierta! Haz que nadie te pueda alcanzar...   





No hay comentarios:

Publicar un comentario