jueves, 15 de diciembre de 2016

Salir del armario.

"Alguien ha definido el armario como una jaula de oro que te protege porque no sufres las consecuencias de la homofobia. Se puede vivir en el armario, todos lo hemos hecho, pero no compensa".
Son palabras de Jesús Generelo, secretario general de FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) que, recordando su propia experiencia, relata que 'desarmarizarse' es "como volver a nacer".




Antes de nada... ¿Te sientes cómodo/a con tu orientación sexual?

Si tienes sentimientos de culpa o te encuentras confuso deberías plantearte si éste es el mejor momento para salir del armario con tu familia. Si todavía no lo tienes muy claro, es fácil que las dudas y prejuicios de los demás te confundan más todavía. Decirlo podría requerir una energía enorme por tu parte, por lo que debes estar en tu mejor momento. La mayoría de las personas que hemos salido del armario hemos empezado con las personas que creíamos que iban a responder de una forma más positiva, para comenzar teniendo buenas experiencias.

¿Cuentas con el apoyo de otros/as? 

Contar con referentes positivos es importante para mantener la autoestima. Sería bueno contar con alguien o algún grupo al cual tú puedas recurrir con confianza para buscar apoyo y fuerza emocional si la respuesta de tu familia, o de alguno de sus miembros, no fuera del todo positiva. También es conveniente que elijas a qué miembros de la familia debes informar primero.

¿Puedes ser paciente? 

Tu familia puede necesitar bastante tiempo para asimilar esta información si no la había considerado antes de que tú la compartieras con ella. Este proceso es muy personal y para algunas personas puede ser muy largo.

¿Estás decidiendo esto tú mismo/a? 

No te sientas presionado a hacerlo si no estás seguro/a de que va a ser beneficioso para ti (sea cual sea la reacción que recibas).



Deberás estar preparado/a para conversar con tus familiares individualmente, si fuese necesario. La mayoría de las familias reaccionan ante tal revelación como lo hacen con otros choques; una persona toma la delantera y lo llega a entender antes que otra. No te enfades con la más lenta. Frecuentemente, las parejas experimentan problemas en su propia relación cuando esto sucede.



El sentimiento de culpa: 
La mayoría de las personas que se enfrentan a la homo/bisexualidad la consideran como un «problema» y preguntan: «¿cuál es la causa?». Creen que si dan con el origen, entonces, la “curación” estará al alcance.

Cuando un familiar se siente culpable, a veces, se encierra en sí mismo/a. No es capaz de empatizar con todo el sufrimiento por el que tú has pasado; en esa etapa puede estar demasiado ensimismado/a para preocuparse por ti. Si ha sido el/la responsable de tu educación, puede que no sea capaz de admitir que se siente culpable. Reconocer este sentimiento es como decir «Yo te he causado esta situación, yo te he hecho distinto. Cúlpame a mí.» Esta no es una posición cómoda para ningún familiar. Tú puedes ayudar de varias maneras. Asegúrales que no existe causa alguna. Diles que el origen de la orientación sexual no se conoce.

La expresión de sentimientos: 
Cuando esté claro que el sentimiento de culpa y la autorrecriminación no son productivos, tu familia estará lista para hacer preguntas, escuchar tus respuestas y aceptar sus sentimientos. Éste es el momento para el diálogo constructivo entre vosotros/as. Ahora brotará toda una gama de sentimientos. Ya que tu vida en una sociedad con fuertes componentes de homofobia y bifobia te ha obligado a experimentar muchos de estos sentimientos (el aislamiento, el temor al rechazo, el dolor, la confusión, el temor al futuro...), puedes compartirlos con tu familia ya que, posiblemente, estos sentimientos sean parecidos a los suyos en este momento.
La ira y el dolor son, probablemente, los sentimientos expresados con más frecuencia. Muchas veces parecen rencorosos y crueles.



  • Posibles decisiones:

1- La mayoría continuará queriendo a sus hijos e hijas de una manera que les permita decir: «Sigues siendo igual para mi». Podrán aceptar la realidad de su orientación sexual y brindarle su apoyo.

2- Algunas veces, las familias pueden responder dejando claro que es un asunto que no requiere más discusión. Aunque pueden hablar del tema, lo consideran muy delicado. Han progresado hasta cierto punto y no quieren avanzar más. Esto no indica necesariamente una actitud negativa hacia ti.



RECUERDA: NO COMPENSA VIVIR EN EL ARMARIO

Tener miedo o angustia al afrontar este momento es normal, pero cuando se supera merece la pena.
Jesús Generelo recuerda que la persona tiene que pensar en que si no lo hace estará "ocultando una parte muy importante que tiene que ver con su afectividad, sus parejas o la familia que va a formar en el futuro".
También recuerda que su propia salida del armario fue "tardía". "Fue paulatino: primero a amigos, compañeros, una parte de la familia, luego a otra parte... Pero fue muy muy positivo, una auténtica liberación".
Es consciente de que una respuesta positiva no es generalizable pero resalta que "siempre merece la pena". "La vida cambia de una manera espectacular. Dejas de vivir una mentira, una ficción, para vivir tu propia vida".

El cuchicheo, el señalamiento, sobre todo en sitios pequeños, siempre va a estar ahí pero es preferible vivir siendo tú, y si te señalan por la calle sobreponerte a ello, a vivir una vida que no es la tuya.
Hay que ser valiente y si alguien no te acepta será porque no te quiere lo suficiente y de esas personas es mejor prescindir.






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